Quiromancia

Qué es la quiromancia

La quiromancia es el arte de interpretar las líneas de las manos para darle a la persona la información más relevante de su vida, con la cual podrá hallar los mejores caminos para transformarse a sí misma y triunfar.

En las manos se traza la historia de nuestra vida. Es por ello que cuando acudimos a una sesión de quiromancia, no es de extrañar que nos revelen datos de nuestro pasado que no le habíamos contado a nadie. A medida que el profesional en este arte avanza, se adentrará en nuestro presente y se proyectará hacia nuestro futuro.

Las capas de nuestra existencia se irán revelando una a una y llegaremos a lo que creíamos una verdadera utopía: conocernos a nosotros mismos.

Los cuatro elementos que conforman una mano

Para comenzar a abordar la quiromancia, lo primero que tenemos que hacer es observar la mano para saber si se trata de una mano de fuego, tierra, aire o agua.

Mano de fuego: esta mano se caracteriza por presentar una palma de forma marcadamente rectangular cuyas líneas están notoriamente marcadas. Los dedos llaman la atención por ser más cortos que la media. Las personas que son dueñas de manos de fuego se destacan por su impulsividad y alta energía. Adoran los desafíos y los abordan con una notable creatividad.

Mano de tierra: los dedos son cortos y la palma presenta una forma cuadrada. Estas personas son pragmáticas, prácticas y se toman la vida muy en serio. Disfrutan de las actividades al aire libre y los deportes y disciplinas físicas son para ellas de vital importancia para fortalecer su parte física.

Mano de aire: se distingue por sus largos dedos y por una palma de forma cuadrada. Las líneas que atraviesan esta mano se presentan en grandes cantidades y son muy finitas. Muestran una personalidad curiosa e inquieta, pero en el área emocional prometen estabilidad y lealtad. Tienen la capacidad de expandir su consciencia para adquirir nuevos conocimientos y ponerlos en práctica de inmediato.

Mano de agua: muestra una palma rectangular de dedos largos y de líneas finas que atraviesan la mano. Manifiestan una fuerte sensibilidad, son tranquilos en su trato con los demás y cuentan con una gran creatividad. Se sienten más cómodos planificando que improvisando y no se sienten bien estando bajo presión.

Análisis de la punta de los dedos

Otro factor a estudiar es la forma de la punta de los dedos. De acuerdo sean cónicas, redondas, espatuladas o cuadradas, se definirá nuestra personalidad.

Puntas cónicas: nos dan cuenta de una persona de gran sensibilidad y de una fuerte creatividad. Se sienten particularmente atraídos por el arte y la naturaleza puede llegar a ser su debilidad. Están dotados de una intuición tan poderosa que suele tener más peso que su razonamiento.

Puntas redondas: tienen la mente abierta para permitir que las nuevas ideas se fusionen con las preexistentes y así su psiquis se nutra de la innovación, pero sin erradicar aquello que durante tanto tiempo le ha servido. Se adaptan a los cambios con facilidad y les da mucho gusto desprenderse de lo vetusto para dar paso a la nueva realidad.

Puntas espatuladas: cuentan con una admirable independencia y su entusiasmo no tiene límites. Les sobra energía para llevar adelante sus proyectos y para motivar a los que les rodean a no dejar atrás sus sueños. Necesitan sentir el poder de la adrenalina en sus venas, por lo que siempre se encuentran en busca de acción y de su próxima aventura.

Puntas cuadradas: tienen una personalidad metódica, estructurada y les gusta el orden. Necesitan asirse a una rutina para sentirse seguros. Uno de sus puntos más fuertes es la facilidad de palabra con la que cuentan, la que les sirve para comunicarse de forma clara y transmitir sus mensajes de manera certera. Tienen una sólida confianza en sí mismos.